domingo, 19 de abril de 2009

Canto 1: " Carpe - diem" - "Vagos pero elementales cantos de aves sagaces, no rapaces"

En mi niñez, mi padre solía enseñarme muchas canciones con su antigua flauta, que más tarde me regaló, el y yo interpretábamos bellas canciones todos los días del año, hasta que un día el falleció, debido a una cruel enfermedad, que no tenía cura. Me quede con la flauta, pasó el tiempo y ya era un adolescente, que tocaba todos los días al despertar, recordando las felices vivencias con mi padre, mi verdadero instructor.

Un día yo estaba sacando frutas, de distintos árboles frutales que tenía mi huerta, sin querer al escalar por la copa de un manzano, me resbalé y me caí, lamentablemente caí en el piso muy fuerte, luego rebote hacia atrás y mi cabeza golpeó bruscamente el tronco del árbol, desde ese día no oigo absolutamente nada.

Como siempre, la naturaleza era algo sumamente interesante para mí, así es que iba todos los días a recorrer el bosque y sus alrededores junto a mi flauta. Observaba detenidamente como las hojas se desprendían de las ramas de los árboles, como las mariposas emprendían su vuelo, después de posarse en una planta, yo observaba todo lo observable, para mí era una odisea el poder ver y apreciar la naturaleza. Me pasaba horas en el bosque, tocando esas viejas canciones, pero sin escuchar nota alguna, recordaba como eran, las imaginaba, y sólo las tocaba.

Todas las veces que iba hacia el bosque, me sentaba en árboles que me parecían “especiales”, pero una vez, a mí parecer encontré un árbol exorbitantemente “especial”, era muy gigante, de tronco grueso, raíces largas y corteza húmeda. Pensé que era el más especial que había encontrado, así es que decidí ir a este árbol, e interpretar mis más preciadas canciones por el resto de mis días, en esta hermosa estructura.

Comencé a ir todos los días, junto a mi fiel, inseparable e infaltable flauta, un día tomé un camino diferente del normal. En el trayecto, sin querer, me tropecé con una rama que estaba sobrepuesta, puse mis manos en la tierra para levantarme y observé una piedra que tenía algo escrito o más bien esculpido:

“Entre la verde hoja, los inmensos árboles, las más frescas y cálidas rocas, existe un gigantesco pasillo de flores y vegetación tremendamente colorida. A través de este colorido camino de bellas flores se pueden encontrar las más hermosas creaciones, los árboles milenarios. Por cientos y miles de años, estos árboles han estado ahí, contemplando la naturaleza. Pero hay uno entre miles, el cual tiene el más grande poder de los tiempos, el poder de la sabiduría, de la música y de la naturaleza, este árbol es profundamente valioso, ya que el que descubra el misterio de este fuerte árbol, es capaz de conocer la felicidad y el gozo de la vida”

Al ver esto me impresioné mucho, pero no lo tomé en cuenta, ya que podría haber sido invento de algún haragán de por ahí. No le presté atención y seguí caminando, hasta llegar a mi querido y preferido árbol, me senté quietamente bajo éste y comencé a tocar. De repente sin darme cuenta empecé a escuchar ciertos cantos de aves, pero no les presté mucha atención, ya que podían ser producto de mi imaginación. Pero al seguir interpretando las canciones tuve la oportunidad de escuchar inocentes entonaciones de aves, fuertemente hermosas, las cuales me dejan en sólo un segundo atónito. No existe imaginación alguna, para dichos cantos, especialmente armónicos, no existe músico, ni poeta alguno, el cual posea tonos y odas tan bellos que se parezcan a la fina pureza del canto de estas criaturas. No lo podía creer, ¡podía oír nuevamente!, y no sólo podía oír, sino que podía percibir el más bello sonido de la naturaleza; el de las aves.

Lentamente voy explorando, y observando ante mis ojos el más increíble e inmenso espectáculo; diviso encima de una roca, un ave de cierto color matizado que no recuerdo, la verdad, nublaba mi vista, pero llamaba colosalmente mi atención. Poco a poco siento por mi oído izquierdo la linda sinfonía de otra ave, no menos bella que la anterior, esta vil criatura aérea, se encontraba muy cerca de mí, pero lejos del alcance de mi oído musical, es algo sumamente raro describirlo, ella estaba cerca, y su canto emitía sonidos nunca antes escuchados por mi oído, entonaciones lejanas a mi conocimiento musical. Hasta el momento yo era un simple flautista, solía sentarme bajo mi árbol preferido, el cual era el mas alto de el lugar. Yo caminaba a diario al lado de estos inmensos árboles, por el verde pasto, era algo tan especial, que mientras hacía esto, sentía las hojas en mis pies, percibía el puro y único aroma de la naturaleza penetrar mis fosas nasales. Sinceramente era algo único, cada vez que estas aves aparecían, era como si yo traspasara las barreras de la música y de lo físico, ¡Al frente de mí se encontraban los pájaros más bellos y nunca antes vistos!

Estas especies eran distintas a las aves normales, poseían alas mucho más espaciosos y vigorosas que las normales, su pelaje, era como una obra de arte de Leonardo Da Vinci, era como ver la obra más bella, reflejada en dos puros animales. La cola de cada ave era como la de una paloma blanca, tan perfectamente clara, que sorprendía mis pupilas. ¡¿Para qué mencionar sus hermosas barrigas?! Dignas de los más profundos y hermosos elogios; ¡tan coloridas como un aurora boreal!

Cada vez que las veía me dejaban estupefacto, entonces pensé que tenía que volver a mi hogar y buscar mi pluma y mi papel, para así testificar lo que se encontraba ante mis ojos, las aves sagaces, pero no rapaces, así las llamé.
Inspirado por la alegría de ver a estas dos hermosuras, decidí dejar mi lecho y adentrarme hacia el bosque de los árboles milenarios. Sólo lleve mi flauta, mi arcaica pluma y un simple papel. Iba caminando totalmente relajado y a mi paso, espontáneamente siento el canto de estas dos aves, sobre mi cabeza, su inmensurable sinfonía no podía pasar desapercibida. Por lo tanto desde el momento que empecé a oír las bellas notas, grité; ¡Eureka! y rápidamente tomé mi flauta y comencé a interpretar una de mis más largas y agudas canciones, la canción del bosque. A medida que iba tocando la canción sentía cada vez más el aire fresco que penetraba en mi cuerpo, también sentía unos leves sonidos, que emitían un profundo eco, proveniente de la copa de los árboles. Cuando llegué a la mitad de la canción comencé a darme cuenta de que estas hermosas aves ya estaban frente a mí, posadas sumamente cerca, apreciando mi canción. Entonces supe que aparte de sus magníficos cantos, también apreciaban mi música, así es que no pare de tocar en un día entero, a medida de que pasaba el tiempo iban llegando más y más aves, de diferentes colores y dimensiones, me sentía profundamente sorprendido y afortunado, pero seguí tocando, con el fin de observar la inmensa belleza que se me presentaba al instante en que tocaba una nota.
Pasó la tarde ferozmente y no me quedaba aire en los pulmones, mi repertorio de canciones había terminado, y las canciones que había repetido, ya no tenían efecto en estas hermosas aves, se empezaban a ir, así es que concluí que tendría que interpretar canciones nuevas para observar nuevamente a estas aves. Pasó el tiempo y sin darme cuenta me encontraba sólo yo en el lugar, junto a las dos aves que había divisado tan milagrosamente por primera vez.
Toqué el último sol y estas dos aves se dirigen a mi lado y me hacen entender al unísono mediante su canto:


Cabe poner atención en lo que nos rodea, darse cuenta de lo malo y lo bueno, lo que es normal y lo que es anormal, lo que se encuentra en el límite y lo que no. Estas acepciones de la realidad son sumamente imprescindibles para el vivir, es por razón de los hechos, las caídas, tropiezos, triunfos, y superaciones por las cuales aprendemos a dar pasos en la vida. Algunas personas se encuentran aferradas a la contumacia, por lo tanto, no aprenden de lo vivido, no aprenden de los errores, ni el bienestar les llama la atención, son infinitamente obstinados, y por consecuente viven una alejados del carpe-tiem.

El carpe-tiem para mi es una manera de vivir adorable, es el vivir cada día alegremente y al cien por ciento, desde que uno abre los ojos hasta que son cerrados por el manto del sueño y así sucesivamente, prácticamente este dormir y despertar es un ciclo, en el cual cada día ocurren acontecimientos distintos, conocemos nuevas personas, experimentamos situaciones nuevas, y aprendemos a desenvolvernos en el medio social, vemos crecer a personas, nos percatamos de lo que pasa a nuestro alrededor, con una infinidad de interrogantes, las cuales comúnmente no son respondidas al instante, sino que a medida del paso de los años y de las experiencias vividas, aprendidas y superadas.
Un nuevo día es una nueva oportunidad para iniciar algo nuevo, una nueva ocasión para experimentar, y disfrutar lo inexplorado. A cada instante los seres humanos se encuentran pensando diversas ideas, las cuales no todas las veces son respetadas por la masa. Cabe mencionar que cuando una persona entabla una conversación con una persona, acerca de un tema específico, el oyente está pensando y analizando lo que se esta escuchando, siendo así como una grabadora, que va escuchando, a la vez pensando, analizando y estructurando lo dicho.

Desde el momento en el que un individuo pronuncia la palabra “¡Hola!”, se está entablando una comunicación, desde una simple sonrisa, hasta decir “Hola” seriamente, se esta enviando información a la otra persona, dependiendo de la forma en que uno es saludado, se da cuenta de cómo se encuentra la persona o simplemente se percata de la forma de ser del individuo. Si nos ponemos a pensar, ¿Cuándo fue la última vez que lo saludaron con una bella sonrisa, un caluroso abrazo y un sincero “Hola”?, realmente hay pocas personas las cuales se dirigen de un cordial y sincero saludo a otras personas, desde mi punto de vista estas personas son las que poseen mas alegría, y mas entusiasmo para realizar el quehacer diario. Pareciera ser que son educadas desde pequeñas para reflejar sonrisas de franquea y alegría, pareciera ser que están educados, para educar alegría. Son aquellas personas que cuando se cruzan por el camino, rápidamente fomentan las sonrisas, y la sinceridad.


Es a estas personas a las que apunto, a las personas que miran la vida desde una perspectiva alegre, para mí la vida es un desafío, el cual se debe enfrentar siempre con fuerza, sinceridad, alegría y perseverancia. En fin, estos individuos anhelan la forma de ser felices, ya sea emprendiendo tareas que son gratificantes para ellos, o simplemente haciendo lo que les gusta hacer, de una u otra forma.
Podría decir muchas cosas a cerca de estas hermosas personas, tales como la facilidad para hacer amigos, lo cual es una gran ventaja, ¿la facilidad para hacer amigos?, suena inmensamente simple, pero no todas las personas poseen esta facultad, realmente la persona que desde un simple “Hola” transfiere una sonrisa y una tenue impresión de agrado es favorecida tremendamente en el mundo social, más bien yo diría que es “querida”. Esta facultad de sonreír y hacer sonreír pienso yo que es totalmente favorecida, la mayoría de las veces estas personas no son conflictivas, no poseen rencor en su persona, todo lo contrario hacen de la paz, el ser paz y alegría.


Algunas veces nos damos cuenta de personas que se desquitan con lo primero que se les cruce, y así no se dan cuenta del daño que engendran y no saben que una gran cantidad de las cosas que pueden ocurrirle y dan como resultado un tropiezo en la vida, son algo que esta misma crea. En el fondo, yo mismo creo lo que seré el día de mañana, entonces si comienzo a demostrar un gusto por la maldad, y persisto en fomentarla, al fin y al cabo, terminaré siendo una persona que todo lo que piensa tiende a ser negro. O bien las personas que insisten en verle el polo negativo a la vida, en fin estas personas terminan sin esperanza alguna de que lo que está por pasar. Por lo tanto ¿qué esperanza puede tener una persona, la cual todo lo que hace le sale mal?, difícil respuesta, sin embargo creo que gran parte de esto tiene que ver con la terquedad, la obstinación de no extraer lo positivo de lo negativo. Entonces, ¿qué motivo tiene esto?, al fin y al cabo es mejor ver las cosas desde un punto de vista positivo y optimista, y ver la vida y los tropiezos y caídas de ésta, como un motivo más para ser feliz. Traspasar la barrera del enojo, y hacer de este un motivo para crear una sonrisa, dejar atrás cualquier factor que haga de una situación normal, algo pesado, tosco, y denso, cualquier factor que entorpezca el Carpe-tiem, lo cual más tarde conllevará a un sinnúmero de consecuencias, que impiden trepar a la felicidad y disfrutar la vida tal cual es; ¡Vida!


Momentos después de este hermoso relato, quedé perplejo y me dije a mi mismo; ¿Estos vagos, pero elementales cantos de aves sagaces, no rapaces serán simplemente cantos fugaces, de aves sagaces, no rapaces?

Extracto de "Vagos pero elementales cantos de aves sagaces, no rapaces"

Las gotas caen sobre mi mano, el aire pasa sobre mis fosas nasales y penetra dentro de mis pulmones, sin querer siento el más hermoso aroma de los aromas, así como cuando el agua toca, como cuando el fuego quema, y seduce la mente, como cuando la soledad cesa y el amor toca una puerta. A medida de que las nubes caminan y los olorosos tulipanes tocan el cielo, ocurren millones de cosas, en realidad en un parpadeo los peces viven y sonríen, en un parpadeo se verifica la verdad de la falsedad, en un parpadeo tocas el amor y la amistad. Mientras camino y siento el amor que brinda el verde pasto y el cielo azul, siento como los lobos dejan de aullar, siento como la naturaleza me responde.

Un día desperté y supe que la felicidad está ahí, solo hay que cogerla y abrazarla, un día soñé con el miedo más temible, con la ira que desata huracanes, con la pena que te corrompe el alma. Otro día soñé con el amor, con la amistad, con la belleza de la armonía, con la música, y con la rotura de barreras inquebrantables. Supe que no eran sueños, que la realidad es la que siempre se encuentra en la mente y que los sueños no eran más que vagos pero elementales pensamientos con los que uno se alimenta.

He soñado demasiado, hablado poco y mucho, pero nada se compara con el poder de lo que se puede pensar y posteriormente realizar, la mente es tan poderosa, que al cerrar los ojos, y respirar profundamente, los pensamientos vuelan como las aves, las imágenes corren como un felino, la tranquilidad es propiedad de la paz, y la paz se hace respirable. A veces pienso que a veces es mejor que no sea a veces, a veces pienso que esas veces siempre tienen que estar, a veces pienso y no entiendo, otras entiendo y no pienso y aún así creo que en esta realidad hay tanto por explorar, que lo explorable sólo a veces se piensa y se entiende, otras veces se entiende y no se piensa, que se sabe que todo es posible.