Hoy siento mi alma
un poco lejana.
Sigo viajando
en el viaje del respiro.
Me entumezco en paz
blanca de nubes,
Suave,
como la yema
de los dedos de Buda.
Comienzo a volar rápidamente,
despegando mis pies
del suelo rocoso.
Ahora estoy en el cielo
escuchando cantos
cerca del hielo
y por los fríos pastos
Sin darme cuenta
doy paso a mi maldad,
sin quererlo abro
la cerrada lata de la fealdad
Ahora en el cruel invierno estoy,
con un sádico
y blanco tridente voy.
Es un diente de la tierra,
un colmillo blanco,
se llama simple estalactita.
Ella tirita arriba
mientras yo en en el techo escucho,
la caída de unas cuantas
Eran dos aires,
uno oscuro y uno claro.
se hacían llamar figuras
Pero no soy tan malo,
yo también tenía figuras,
cuatro polos tajantes
naranjos de amanecer.
Un dia, dos ojos rojos
salieron de la cueva al atardecer,
cuando de un pozo
una gota comenzó en la orilla
y terminó al crecer.
Tú,
brillo de frías olas de alegría.
Hazme saltar
más allá de la estratósfera
y gritar.
Quiero ver como los ciegos,
cantar sobre una estrella
de raza fugaz...
¡Y me subí a ella!
sonreí como un bebé
a los dos meses.
Mis lágrimas volaron como peces,
mientras miraba la manta de luz
de una estrellada noche antigua.
Vi mi vida en un segundo
con tanta magia atemporal
Perdí la vista,
ante tal burbuja bruja,
Desperté en el hielo,
tapado de dudas blancas
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